Una de las cuestiones que más miedo pueden dar a una empresa es recibir una carta o un aviso de la Agencia Tributaria. Este año son los negocios que manejan mucho efectivo los que van a estar más vigilados por la administración, ya que también son los que se presupone que tienen más posibilidades de cometer fraudes. Pero cómo debo actuar si tengo una carta de la Agencia Tributaria.
Hay que tener en cuenta que dicha carta es la primera notificación que recibe un autónomo, una empresa o un trabajador sobre el posible incumplimiento de sus obligaciones fiscales. Por lo general, en los casos de sospechas, Hacienda lo que está haciendo es una valoración de un comportamiento fiscal y ofrece «recomendaciones» para corregir dicho comportamiento.
No es una inspección, pero podría serlo en el futuro
Este tipo de cartas se remiten de forma masiva a muchos negocios cuando la ratio de cobros en efectivo y tarjeta no cuadra con negocios similares de su zona, hay diferencias significativas con la facturación de otros negocios similares o con lo facturado en años anteriores. Todo ello ofrece indicios de que se pueden estar ocultando ingresos y es en estos casos cuando se pueden remitir dichas cartas.
En realidad la empresa o el inspeccionado tienen diferentes opciones:
∙ No hacer nada, si está convencido de que está actuando correctamente. Por ejemplo, un local que el año anterior facturaba más porque le permitían tener más mesas en terraza por la pandemia, pero ahora se queda con menos espacio de terraza. No oculta ingresos, es que factura menos, por esta circunstancia. Pero más pronto que tarde acabaría con un inspector llamando a su puerta para confirmar este comportamiento.
∙ Justificar las razones por las que su comportamiento fiscal es diferente al de otros negocios similares de su zona. Es la fórmula más correcta para tratar de disipar sospechas.
∙ Presentar una declaración complementaria antes que se inicie el procedimiento inspector si hemos hecho algo incorrecto, por acción u omisión. Regularizamos y al menos con ello evitaríamos la sanción asociada a la Inspección.
Con esta última acción la Agencia Tributaria se suele dar por satisfecha y es la preferida por muchos negocios antes de que los inspectores vengan a revisar de forma más exhaustiva su negocio. De esta manera podríamos decir que ambos salen ganando. La Agencia Tributaria es más efectiva y logra que muchos regularicen de forma «voluntaria» y los negocios y autónomos dejan de sentir la presión de una Inspección que nadie desea.
Eso sí, para iniciar una Inspección y personarse en el negocio no basta con meros indicios, sino que tiene que tener pruebas de que está realizando algo incorrecto, no solo porque está facturando menos que la media del sector.
APTTA. Servicio de Información Actualizada (No vinculante)
Fuente: PymesyAutónomos