ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE TÉCNICOS TRIBUTARIOS Y ASESORES FISCALES DE ANDALUCÍA

asociación profesional de técnicos tributarios y asesores fiscales de andalucía

ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE TÉCNICOS TRIBUTARIOS Y ASESORES FISCALES DE ANDALUCÍA

asociación profesional de técnicos tributarios y asesores fiscales de andalucía

El Grupo de Podemos ha registrado una enmienda a la Ley de Función Pública para  hacer inspectores sin exámenes a los técnicos de Hacienda, la bestia negra de los  inspectores

Un Gobierno de coalición roto y un final de legislatura agitado en la Función  Pública han hecho estallar el enfrentamiento larvado en la Agencia Tributaria  (AEAT) entre técnicos e inspectores que el Gobierno de Pedro Sánchez mantenía bajo  control. Lo que en 2020 Podemos intentó en la sombra ahora lo busca abiertamente: que  los más de 7.000 técnicos de Hacienda (grupo A2) se conviertan de forma automática en  grupo A1, como los inspectores, sin el cumplimiento de los requisitos hasta ahora  legalmente establecidos. Se trata del mayor temor de los inspectores, que ya se vienen  manifestando desde diciembre en contra de un acuerdo que se firmó en noviembre para  hacer de forma exprés funcionarios a los interinos, y ahora en abril contra la Ley de  Función Pública. 

Pues bien, entre las enmiendas a la citada ley, se han registrado dos que piden hacer  cuerpo superior a los técnicos, una de ellas, de Podemos. Es la bestia negra de los  inspectores, que según ha podido saber Vozpópuli, más allá de las protestas, se encuentran  ya preparando la primera huelga de su historia. 

La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) ha difundido este jueves una  nota en la que alerta contra estas enmiendas, «una reivindicación histórica por la que un  grupo de funcionarios, que ejerce una presión política sin precedentes en nuestra  Administración Tributaria, pretenden ascender de categoría sin realizar los exámenes  necesarios que acreditan la competencia que se precisa para alcanzar los niveles  superiores». 

Así lo dice la nota en alusión al Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), promotores  de esta iniciativa, a los que también tacha de formar parte de «grupos de presión,  conformados por funcionarios de niveles no superiores, apoyados en partidos políticos  «llave» del actual Gobierno», es decir, Podemos. Sin descartar que el apoyo de otros socios  de Pedro Sánchez. 

Según IHE, «se erigen en los salvadores del país, por cuanto proponen que la medida de  su ascenso «a dedo» implicaría la solución de los problemas fiscales derivados de la  economía sumergida, utilizando unos datos que se alejan cada vez más del rigor de los  informes emitidos por otras instituciones y economistas que gozan de reconocido prestigio  y credibilidad a nivel internacional».

Esta alusión a la economía sumergida no la contienen las enmiendas registradas ahora  mismo que piden equiparar técnicos a inspectores, pero sí lo hacían las que se presentaron  a los Presupuestos de 2021 y no prosperaron. Fue entonces cuando Podemos alentaba está  iniciativa pero su Grupo no registró enmienda, en un momento en el que no se atrevía a  plantear propuestas en solitario, sin contar con el PSOE. Pero Gestha mantiene su  reivindicación de que la equiparación mejorará esta lucha. 

En diciembre, el sindicato apelaba a la lucha contra el fraude para justificar su causa y  planteaba que los inspectores son una cifra «a todas luces irrisoria para controlar algo el  volumen de fraude existente, de no ser por los 7.182 técnicos de Hacienda que realizan  también esas investigaciones». Reclama duplicar los efectivos del grupo A para  equipararse a las plantillas promedio de las Administraciones Tributarias de la UE y  lograr reducir las tasas de economía sumergida a la mitad. 

Las enmiendas que han registrado ahora Podemos y Junts, calcadas, plantean que «el  Gobierno creará el cuerpo superior de técnicos del Ministerio de Hacienda, de Auditoría  y contabilidad y de Gestión catastral», lo que justifican en que «los cuerpos técnicos de  Hacienda, de Auditoría y Contabilidad y de Gestión Catastral no son cuerpos  tramitadores, sino que resuelven el fondo de los procedimientos tributarios y del  control del gasto público y de la auditoría pública, así como las características de las  pruebas de acceso son similares o incluso superiores a las de otros cuerpos del subgrupo  A1, lo que determinaría que el gobierno integre a sus funcionarios en un nuevo cuerpo del  subgrupo A1, teniendo en cuenta que sus integrantes poseen la titulación de grado  universitario o de licenciatura universitaria». 

Desde Gestha subrayan que «no se trata de querer los técnicos ser A1 sin oposición (que  la tenemos), sin acreditar conocimientos (que los utilizamos en el ejercicio diario), o que  quieren promocionar con un simple test y una «sobreestimación» de méritos (la promoción  interna de técnicos a Inspectores no tiene reserva de provincia para quienes las aprueban,  una ventaja que sí la tienen las promociones internas de todos los demás grupos, incluidas  las del C1 (Agentes o Administrativos) al A2 (técnicos)». 

El proyecto de Ley de Función Pública, sin enmendar, ha causado ya hondo malestar entre  los inspectores, que denuncian que arroga la capacidad al Gobierno de «modificar a su  antojo los cuerpos y las escalas de la Administración General del Estado durante un  periodo de seis meses, siendo esta una facultad que corresponde al legislativo». Es  precisamente a esta parte de la ley a la que se quieren sumar las enmiendas que equiparan  técnicos e inspectores. 

«Especialmente grave es la Disposición Adicional Séptima recogida en este Proyecto y por  la cual se otorga una carta blanca sin precedentes, que se ha querido disimular durante  esta tramitación pero que no ha pasado inadvertida para nosotros, para que el Gobierno,  arrogándose una competencia que corresponde al legislativo, pueda modificar, crear o  suprimir a su antojo, la actual organización de la función pública», destaca la nota. 

IHE advierte de que la esencia y los principales puntos del proyecto de Ley de Función  Pública contienen un «atropello gravísimo a la Administración Pública y a los principios  constitucionales de igualdad, mérito y capacidad. Por mucho que estos se repitan hasta la  saciedad, el texto contiene importantes cesiones a grupos de presión politizados», insiste.

IHE defiende una «Administración Pública independiente que, para muchos ciudadanos  que no disponen de contactos, es una salida profesional digna que les permite a aquellos  que aprueban sus oposiciones ejercer con imparcialidad su labor profesional, sin deber  ningún favor a nadie». 

Desde la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado se advierte a la ciudadanía de  que el Proyecto de Ley de Función Pública, de salir adelante, «romperá rotundamente el  modelo actual de Administración Pública, habiendo sido la moneda de cambio ante la  cesión de diversos grupos de presión que llevan décadas buscando su interés  particular, e implicará una quiebra de difícil solución en la actual división de poderes  sobre la que se asienta nuestro Estado de Derecho». 

La enmienda del PNV 

Hay más enmiendas que intentan equiparaciones en la Agencia Tributaria. La número 9,  del PNV, prevé adjudicar al Grupo B algunos puestos que sólo corresponden ahora al  A, es decir, abre la mano a la posibilidad de ocupar más funciones. Fuentes conocedoras le  ven más posibilidades de prosperar a esta enmienda que a las que plantean hacer cuerpo  superior a los técnicos. 

A todo esto se suma un acuerdo sindical con Hacienda cerrado el 3 de noviembre para  flexibilizar las pruebas de promoción interna y hacer funcionarios a los interinos con un  test, lo que llevó a los inspectores a manifestarse por primera vez ante el Ministerio de  Hacienda en diciembre. 

Estas medidas que «afectan a la selección de funcionarios y, por tanto, al servicio público  que se presta, implican un grave e injustificable asalto a la función pública, que burla los  principios de selección derivados de nuestra Carta Magna», alerta el comunicado de IHE,  que señala que se vienen impulsando cambios de este tipo desde 2020, que «esconcen  peligros gravísimos», lo que se hace «bajo el falso mantra de una modernización de la  Administración Pública». 

«España va a ser objeto del mayor retroceso que se ha visto en un Estado europeo en  materia de Administración Pública, volviendo a las cesantías del siglo XIX, en las que el  Gobierno de turno coloca a los «suyos», lo que redundará en una deficiente y politizada  prestación de los servicios públicos a nuestros ciudadanos», remachan los inspectores. 

APTTA. Servicio de Información Actualizada (No vinculante). 

Fuente: VozPopuli