Uno de los aspectos más importantes en contabilidad es la amortización de su inmovilizado.
Y si bien es posible hacerlo libremente a nivel contable, la amortización a nivel fiscal se rige por unas reglas determinadas, ya que los gastos de amortización se consideran deducibles en el Impuesto de Sociedades.
El Real Decreto 1777/2004, de 30 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Impuesto sobre Sociedades contempla unas tablas de amortización que toda empresa deberá seguir para amortizar su inmovilizado.
Diferencia entre amortización contable y amortización fiscal
Existen al menos dos tipos de amortización: la contable y la fiscal. La amortización contable pretende mostrar cómo ha contribuido un activo fijo a generar ingresos en la empresa, para lo cual se incorpora el elemento de inmovilizado como un gasto de ejercicio a la cuenta de pérdidas y ganancias.
La amortización fiscal, por su parte, es la regla que establece el gasto por amortización que se puede deducir una empresa dentro de su cuenta de resultados.
No obstante, para conocer la amortización fiscal, toda sociedad tiene que calcular previamente la amortización contable, ya que por lo general no es posible deducir gastos de amortización si estos no pasan por la cuenta de pérdidas y ganancias.
En general, a nivel contable, las empresas pueden amortizar su inmovilizado de forma libre. Sin embargo, esto no es posible a nivel fiscal, ya que Hacienda establece una serie de tablas de amortización que todas las empresas deben seguir dependiendo del tipo de activo que se esté amortizando.
Tablas de amortización en España
La última reforma tributaria, vigente desde 2015, modificó la Ley del Impuesto sobre Sociedades, simplificando el sistema de tablas de amortización. En concreto, se redujo la clasificación desde los 600 elementos amortizaciones vigentes en aquel momento hasta los 30 actuales. Además, los autónomos también pueden amortizar sus elementos de inmovilizado según tributen por el método de estimación directa u objetiva.
En estas tablas se establecen dos elementos:
∙ Coeficiente lineal máximo, es decir, el porcentaje máximo de valor anual que se va a amortizar del activo fijo en función de su valor de adquisición. Por ejemplo, si en la tabla se establece un coeficiente lineal máximo del 2 por ciento, para un activo fijo con un valor de adquisición de 100.000 euros se podrá amortizar, como máximo, 2.000 euros anuales.
∙ Periodo máximo de amortización, en años.
A continuación, vamos a ver las tablas de amortización por cada clase de elemento de inmovilizado en función del método de tributación.