ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE TÉCNICOS TRIBUTARIOS Y ASESORES FISCALES DE ANDALUCÍA

asociación profesional de técnicos tributarios y asesores fiscales de andalucía

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Si no estás familiarizado con el mundo financiero, es posible que te preguntes qué es el  factoring financiero y que el término resuene en tu cerebro como un sonido ininteligible.  Sin embargo, desde finales de la década de los 80 se ha ido colándose poco a poco en la vida  de los empresarios como una eficiente ayuda a su negocio. 

Tanta relevancia ha ido ganando el factoring que, en 1988, se creó la Asociación Española  de Factoring. Según esta organización que actualmente cuenta con 19 miembros –tanto  entidades de crédito, como otras entidades mercantiles–, el factoring es “un instrumento de  financiación a corto plazo, destinado a todo tipo de empresas, que paralelamente al servicio  de carácter financiero desarrolla otros de gestión, administración y garantía por la  insolvencia de los deudores de los créditos cedidos”. 

De esta definición se deduce que el factoring permite a las empresas el cobro de sus facturas  de manera adelantada, evitando el riesgo de insolvencia por parte de sus proveedores a  cambio de un porcentaje. Este servicio lo prestan las entidades financieras a las compañías  para que puedan obtener financiación a corto plazo aportándoles una serie de valores  añadidos. 

Tal y como informa la Asociación Española de Factoring, “cualquier empresa que genere  cuentas a cobrar (créditos comerciales)” puede beneficiarse del factoring –también llamado factoraje–. Es una herramienta financiera que permite a las empresas obtener recursos  líquidos a través de la cesión de los derechos de cobro, es decir, que la empresa cobra de  manera anticipada la factura que le debe su deudor perdiendo un porcentaje del importe  original a favor de la entidad financiera o banco que asume el riesgo de impago. 

Ejemplos de factoring financiero 

Toda operación de factoring tiene un coste financiero importante porque los bancos o  entidades financieras que asumen el riesgo cargan una comisión por cada una de las  operaciones. Esta comisión puede llegar a suponer hasta el 3% del crédito cedido

Veamos ejemplos prácticos para poder entender mejor el concepto. 

Ejemplo Factoring 1: una empresa de refrescos 

Antonio es un empresario que desarrolla su actividad de negocio a través de una compañía  de refrescos. El Restaurante La Flor compra a Antonio varias cajas de refrescos por importe  de 5.000 euros que le paga en facturas a 90 días, pero Antonio necesita cobrarlas antes de  ese plazo para poder seguir haciendo frente a los gastos derivados de su trabajo.

En este caso, Antonio podría recurrir al factoring con notificación para solucionar su  situación: 

Su empresa cede, es decir, él se convertiría en ‘cedente’ –término que designa al  cliente que recurre al factoring–. 

Al restaurante se le consideraría como ‘deudor’

Sería ahora cuando entra en juego un tercer actor: el ‘factor’. Esta palabra define al  banco, caja de ahorro o Establecimiento Financiero de Crédito (E.F.C.) que presta los  servicios de factoring a Antonio. 

Así las cosas, si Antonio firma un acuerdo de factoring con su banco de confianza, el banco  le pagaría el importe de la factura emitida al ‘deudor’ –en nuestro ejemplo, los 5.000 euros  que le debe el Restaurante La Flor–. Pero el banco no ingresaría a Antonio la totalidad de  los 5.000 euros: puesto que se entiende que la entidad financiera asume un importante riesgo  de impago, le descontará un porcentaje previamente estipulado –imaginemos que, en  nuestro caso, es del 3%–. 

Con estas cifras, el banco ingresará a la cuenta de Antonio un total de 4.850 euros. 5.000 x 3 = 15.000 

15.000 / 100 = 150 

5.000 – 150 = 4.850 euros le paga el banco a Antonio tras descontar de los 5.000 euros  el 3% acordado. 

Antonio no ingresa la totalidad de la factura adeudada por el Restaurante La Flor, pero se  asegura disponer de liquidez para seguir haciendo frente a los pagos derivados de su  actividad. 

Después, cuando pasen los 90 días estipulados para el cobro de la factura, el restaurante  pagará la totalidad de los 5.000 euros al banco –ya que se trataba de un caso de factoring  con notificación–. El banco habrá ganado 150 euros, pero Antonio habrá conseguido  liquidez sin tener que esperar 3 meses al cobro de la factura. 

Ejemplo Factoring 2: una empresa de jardinería 

María tiene un negocio de jardinería y floristería. Para la celebración de una importante  fiesta, el Hotel Embajador le compra 100 centros de flores por un valor de 10.000 euros que  deberá abonarle en un plazo máximo de 60 días. Durante ese periodo de tiempo, María  recibe otros encargos y no dispone de liquidez suficiente para poder comprar la materia  prima necesaria, así que recurre a un servicio de factoring sin notificación con el que  conseguir dinero de manera anticipada. 

En este ejemplo: 

La empresa de María es la que actúa de ‘cedente’

Mientras que por ‘deudor’ se consideraría al hotel. 

Y por ‘factor’ se considera la caja de ahorros que le presta los servicios de factoring a  María. 

La caja de ahorros pagaría el importe de la factura emitida al ‘deudor’ –en nuestro ejemplo,  los 10.000 euros que le debe el Hotel Embajador–, pero no le ingresaría la totalidad a María:  puesto que se entiende que la caja asume un importante riesgo de impago, le descontará un  porcentaje previamente estipulado –en este caso, imaginemos que es del 2,3%–.

Con estas cifras, la caja de ahorros ingresará a la cuenta de María un total de 9.770 euros. 10.000 x 2,3 = 23.000 

23.000 / 100 = 230 

10.000 – 230 = 9.770 euros le paga la caja de ahorros a María tras descontar de los  10.000 euros el 2,3% acordado como comisión. 

De esta manera, María no recibe en cuenta la totalidad de la factura adeudada por el Hotel  Embajador, pero se asegura disponer de liquidez para comprar la materia prima que  necesita para preparar otros encargos. 

Tras los 60 días estipulados para el cobro de la factura, el hotel pagará la totalidad de los  10.000 euros a María –puesto que se firmó un factoring sin notificación–, que deberá  remitirlos íntegramente a la caja de ahorros. La caja habrá ganado 230 euros, pero María  dispondrá de líquido sin tener que esperar 2 meses al cobro de la factura. 

Qué es el factoring con recurso y sin recurso 

Existen dos tipos de factoring en función del acuerdo alcanzado entre el cedente y el factor:  factoring con recurso y factoring sin recurso. 

Factoring con recurso: el cedente deberá responder a la entidad financiera en caso  de que el deudor no haga frente al pago de la factura. En el ejemplo de la empresa de  refrescos de Antonio, si el factoring hubiera sido acordado con recurso y el  Restaurante La Flor no paga los 5.000 euros adeudados al banco, Antonio tendría que  pagar a la entidad la totalidad de esa factura. 

Factoring sin recurso: en este caso, el cedente queda eximido de responsabilidad si  el deudor no paga la factura. En el ejemplo de María y su empresa de jardinería,  aunque el Hotel Embajador no abonara los 10.000 euros adeudados, la caja no podría  reclamar a María ni el importe que le adelantó ni el restante hasta los 10.000 euros  del total. 

Al margen de estas dos modalidades se puede encontrar otro par que, en lugar de poner el  foco en la obligación final del cobro en caso de impago, tiene en cuenta si se notifica o no la  cesión del derecho de cobro al deudor. 

Factoring con notificación: si Antonio comunica al Restaurante La Flor que ha  contratado un servicio de factoring, estaríamos ante un caso de factoring con  notificación. Desde el momento en que se produce el aviso, el restaurante –el deudor– estaría obligado a pagar al banco según los términos acordados. 

Factoring sin notificación: si María no informa al Hotel Embajador que ha  contratado un servicio de factoring, en cuanto el hotel –parte deudora– no abonara  el importe pendiente de la factura, María tendría la obligación de ingresar el total a  la caja de ahorros. 

Ahora que conoces que es el factoring y los tipos de factoring que existen, no dudes en  utilizar este recurso financiero si necesitas liquidez. Es cierto que se paga una comisión y  puede que no sea el recurso más adecuado en todos los casos, pero está claro que es un gran  aliado si tu empresa necesita solvencia. 

APTTA. Servicio de Información Actualizada (No vinculante) 

Fuente: Redacción APD