Los autónomos de sectores con problemas podrán solicitar un nuevo tipo de ERTE para ajustar sus plantillas
La reforma laboral pactada entre el Gobierno y los agentes sociales contempla la figura de un nuevo modelo de ERTE ‘permanente’. Según confirmaron fuentes sindicales, con este instrumento los autónomos podrán ajustar sus plantillas y beneficiarse de exoneraciones si su sector sufre dificultades de varios tipos.
El Gobierno confirmó el pasado jueves haber alcanzado por fin un acuerdo «histórico» con los sindicatos y la patronal para poner en marcha la reforma laboral que, previsiblemente, se aprobará este mismo martes en Consejo de Ministros.
Según confirmaron fuentes sindicales a este diario, el texto definitivo que se ha acordado y que articulará la reforma de nuestro mercado de trabajo a partir de 2022 incluye un nuevo modelo de ERTEs, denominado «Mecanismo RED» con el que los autónomos y empresas de todos los tamaños van a poder seguir ajustando su plantilla y beneficiándose de exoneraciones importantes en las cotizaciones de sus trabajadores, independientemente de la pandemia.
Este nuevo ERTE «estructural» o ‘Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo’ habría quedado incluido finalmente en la reforma laboral y articulará dos nuevas modalidades de expediente para dar solución a dos causas que antes no estaban previstas y por las que se podrían ver afectados los negocios actualmente o en un futuro muy próximo.
«Las dos circunstancias que han quedado recogidas en el acuerdo definitivo y por las que se activarían los nuevos ERTE son una crisis cíclica –entendiéndose como tal una coyuntura macro-económica que afecte a todos los sectores-, o una crisis sectorial, entendiéndose como un problema puntual que afecte a varios negocios de un mismo sector, como podría ser una caída de la demanda o cualquier otro cambio en la actividad»
apuntaron las mismas fuentes sindicales.
De entre las dos nuevas modalidades, la que más podría servir a los autónomos a partir del año que viene sería la sectorial. «Entendemos que ahora mismo hay empresas acogidas a ERTEs COVID cuyo problema ya no es el COVID como tal. La pandemia ha sido la puntilla para ellas pero cuando desaparezca la crisis del coronavirus, habrá cambios permanentes y muchos negocios van a seguir necesitando estos mecanismos para adaptarse a ellos», explicaron las mismas fuentes.
Podría ser el caso, sin ir más lejos, de cualquier sector ligado al turismo o la hostelería, incluso de actividades como el pequeño comercio, que llevan arrastrando desde hace años grandes problemas económicos por los cambios de tendencia en el consumo y en la demanda, y que pueden necesitar puntualmente reducir una parte de sus cargas salariales.
Precisamente ahí estaría la novedad de estos nuevos ERTEs. Aunque la actual legislación ya prevé estos expedientes que existían antes de la pandemia, el nuevo mecanismo RED permitiría a los negocios no sólo suspender o reducir las jornadas de sus trabajadores con mayor facilidad y con mucha menos carga burocrática sino también beneficiarse de grandes exoneraciones en la cotización por sus empleados a la Seguridad Social.
De hecho, «tanto los ERTEs como sus bonificaciones, serían muy parecidas a las que ha habido durante la pandemia», según apuntaron estas fuentes presentes en la negociación. En algunos casos, las exenciones podrían llegar a alcanzar hasta un 90% de las cuotas que pagan los negocios a la Tesorería por sus trabajadores.
LAS ORGANIZACIONES PODRÁN SOLICITAR AL GOBIERNO QUE ACTIVE LOS ERTE PARA LOS AUTÓNOMOS DE UNO O VARIOS SECTORES
Así pues, con este nuevo ‘mecanismo RED’, los autónomos y pequeños negocios podrían recurrir a esta figura que tanto se ha dado a conocer durante la pandemia sin necesidad de que haya pandemia. Tan sólo sería necesario que las organizaciones representativas de las empresas o los sindicatos detecten que un sector está atravesando algún problema económico, «y trasladen a los tres ministerios que han estado sentados en la mesa de negociación -Seguridad Social, Trabajo o Economía- la necesidad de activar este instrumento.
Luego sería el Gobierno el encargado de ponerlo en marcha en Consejo de Ministros si lo considera oportuno», explicaron las mismas fuentes.
Al final, se trata de trasladar esta medida que se flexibilizó por una circunstancia excepcional -la pandemia- para que cubra futuros problemas económicos que puedan atravesar los autónomos en general o un sector en particular. Podrían haber sido en su momento las agencias de viaje que se vieron afectadas por la caída de Thomas Cook, por ejemplo, pero también podrán ser los autónomos del ocio nocturno o la hostelería que, previsiblemente, seguirán encadenando pérdidas en muchos casos por los cambios en la demanda, por más que deje de haber restricciones.
FLEXIBILIZACIÓN EN LA DISPONIBILIDAD DE LOS TRABAJADORES
Este ERTE, apuntaron diferentes fuentes expertas, sería similar a un acordeón: se estiraría y encogería en función de las necesidades y de situación del negocio. Si recupera la demanda y necesita una plantilla más extensa de trabajadores podría recuperar a su empleado y si necesita un ajuste, se reduciría la jornada del trabajador y, además, se le formaría durante el tiempo que no está trabajando para poder aumentar sus capacidades y sus posibilidades de reincorporación al mercado. El negocio dispondría del número de trabajadores de su plantilla en función de su situación económica incorporándolos o adscribiéndolos al ERTE.
EXONERACIONES EN LA COTIZACIÓN A CAMBIO DE FORMACIÓN
Según ha trascendido en los últimos días, con el nuevo Mecanismo RED, las exoneraciones serían «decrecientes y escalonadas», irían de un 20% a un 90% de las cotizaciones que hacen las empresas por sus trabajadores, dependiendo de muchos factores como el tamaño del negocio o el tiempo que lleve acogido al ERTE. Para acceder a estos beneficios en la cotización, los autónomos tendrán que comprometerse, por un lado, a mantener el empleo y, por otro, a organizar la formación y recualificación de sus empleados.
Es más, los beneficios en la cotización no sólo serían para los autónomos que se acojan al ERTE y suspendan o reduzcan la jornada de sus trabajadores, sino también para aquellos negocios que acudan a esta ‘bolsa’ de empleo y recoloquen en su negocio a uno de estos empleados suspendidos.
En estos nuevos ERTEs que se inspiran en el modelo alemán, la formación sería clave, ya que los negocios se van a tener que adaptar pronto cuando termine la crisis y comience la recuperación, a una realidad diferente y transitoria. «Habrá empresas y sectores con mayor necesidad de apoyo porque los patrones de demanda ya no van ser los mismos y habrá que ajustar la actividad económica», según sostuvo en varias de sus intervenciones el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Cuando las empresas de un sector determinen que ese sector está en una situación crítica y pidan al Gobierno que active el mecanismo red, si el Ejecutivo lo activa, los autónomos tendrían tan sólo que organizar las actividades formativas para beneficiarse de este fondo. «Los negocios más pequeños podrán hacerlo perfectamente a través de los servicios públicos de empleo que deberán garantizar y financiar la formación a estas empresas que lo solicitan, agilizar los trámites y minimizar la burocracia de tal manera que los autónomos y pymes puedan acceder también a este instrumento», apuntaron fuentes sindicales.
FINANCIACIÓN A CARGO DE EXCEDENTES, DE LOS PRESUPUESTOS Y HASTA DE FONDOS EUROPEOS
Además de la formación, otra de las claves más importantes de este nuevo mecanismo ‘estructural’ sería su financiación. Así, este nuevo modelo llevaría asociado un fondo tripartito con el que se financiarían las prestaciones por desempleo a los trabajadores y también las exoneraciones en las cotizaciones a la Seguridad Social de las que se beneficiarían los negocios.
Para dar completa cobertura a esta nueva figura de ERTE, el Gobierno se compromete a crear un fondo RED que se nutrirá de los excedentes de ingresos por desempleo, a través de las aportaciones que se consignen en los Presupuestos Generales del Estado, e incluso a través de aportaciones de la Unión Europea.
PODRÍA SER SÓLO PARA NEGOCIOS VIABLES
Si bien el Gobierno todavía no ha precisado las condiciones específicas que podrían tener estos nuevos expedientes, a falta de un posterior desarrollo normativo, cabe recordar que el modelo alemán al que pretenden asemejarse los nuevos ERTE requiere, entre otras cosas, que la empresa que se acoja demuestre tener unos determinados beneficios en el año previo.
Así mismo, cabe recordar que este ERTE estructural se envió a Bruselas para su aprobación y podría financiarse en un primer momento con los fondos europeos. No sería por tanto de extrañar, que uno de los requisitos que impusiera el Gobierno para acceder a este mecanismo fuera que el negocio demuestre ser viable, al igual que ha sucedido con las ayudas directas.
La propia Vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, recalcó en varias ocasiones durante este año que «nuestro énfasis y prioridad es ver qué instrumentos pueden servir para reforzar la viabilidad a medio plazo» de los negocios. Es más, «la prioridad no es retrasar el desencadenamiento de procesos concursales», sino «evitar un impacto estructural de la pandemia», dijo Calviño.
Según los expertos economistas y abogados, aunque pueda parecer chocante el hecho de no atender a aquellos que no tienen suficientes posibilidades de salir adelante a medio plazo, esta condición no es cosa del Gobierno español, sino de Europa, que es también quién está dando los fondos para financiar estas ayudas. «La Unión Europea ya ha dejado claro, guste más o guste menos, que no se puede repetir la situación de la anterior crisis de 2008, en la que no se atendió a la viabilidad de las empresas y acabaron quebrando muchas que sí hubieran tenido posibilidades de salir adelante», explicó Luis Fernando Conde, economista y asociado al bufete AGM abogados en las áreas de Corporate Finance y Gestión de Crisis.
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Fuente: autónomosyemprendedor.es